Parece una pesadilla, un mal sueño, es casi imposible digerir que a 4 minutos del final Sportivo estaba ascendido al Argentino “A” y de pronto se quedó sin nada. En la realidad, en la vida corriente eso no puede pasar, solo sucede en un sueño en la noche previa a una gran definición.
Nos queremos despertar y que nos digan que eso no fue real, que el partido todavía se tiene que jugar, o que me quedé dormido, no llegué a la cancha y El Lobo, un equipo de mi pueblo, ya está en la tercera categoría del fútbol argentino.
Uno que está en esto, el haber abrazado este oficio, porque no es una profesión, esta pasión por el micrófono, siempre desea que los equipos de Las Parejas estén en el mejor lugar posible. Basta con que te tilden que sos de un equipo, y los de éste digan que sos del otro; aquí, los que estábamos de este lado en cancha de Sportivo hacíamos toda la fuerza para que en la próxima temporada podamos ver mejor futbol todavía del que veníamos viendo. Pero todo se escurrió como el agua entre los dedos; de la algarabía a la tristeza, del ascenso a la nada, sin siquiera poder tener una chance más en la promoción. El trabajo de un año que como premio tenía el ascenso se desmoronó en un instante. Si hasta parecía que Sportivo tenía la suerte del campeón. Porque a decir verdad, El Lobo no jugó bien. Sabíamos que la ausencia de Giacomini se iba a sentir; pero lo que no sabíamos es que se iba a sentir con tal magnitud. Sportivo desde el arranque y hasta el minuto 90 perdió siempre en la mitad de la cancha. Le faltó un conductor. Adoleció de alguien diferente; que saque un conejo de la galera; entiéndase, que transforme en gol la jugada menos pensada. Todo hace pensar que a Sportivo lo traicionó el peso de definir de local, como aquella vez con Defensores de Salto cuando debía mantener la categoría por ejemplo.
El primer tiempo lo tuvo a Atenas de Rio Cuarto jugando casi todo ese período en campo de Sportivo; se adueñaron los riocuartenses de la mitad de la cancha y manejaron el partido a su antojo. Llegaron varias veces aunque sin lastimar a El Lobo, no sin preocupar por la facilidad con que llegaban hasta el arquero Chiavazza. Hubo una clara falta en el área de Atenas, en una de las pocas que llegó Sportivo que el árbitro - Esteban Naiser - de flojo rendimiento no cobró, lo tomaron del brazo izquierdo a Bochietti haciéndolo caer cuando tenía posición de remate en el borde del área chica.
Dicen que nunca un primer tiempo es igual al segundo, pero esta vez esa afirmación no fue real. Atenas siguió manejando el partido, el gol de Sportivo parecía tan lejos, que solo una jugada a lo Giacomini podía definir en el arco de Rio Cuarto. Bochietti se debatió entre todos los mediocampistas de la visita, no tuvo compañía, estuvo muy solo, y así y todo, logró inquietar bastante en campo adversario.
Llegó el gol de Rodríguez, a los 23 de esa segunda parte. Cristián, se notaba, estaba convencido que Sportivo podía ascender, dejó la piel en la cancha, se las jugó en todas y hasta se disfrazó del “Nero” para pegarle desde lejos cuando todos esperaban el centro y colocársela abajo al arquero que logró desviarla, pero el balón se fue transitando por la raya de sentencia para introducirse lo justo y necesario en el arco.
Ganada Douglas, Ganaba Sportivo, El Lobo ascendía y Douglas jugaba la promoción. A los 28; una desprolijidad de Chiavazza, la pelota que queda en el área, el árbitro cobra un penal donde no hubo falta, expulsan a Rui y a los 30 minutos Chiavazza subsana su error atajándolo, previo a que Ceberio corriera toda la cancha para pasarle el dato hacía donde lo pateaba Vogliotti.
Seguía Sportivo con la “suerte” a su favor. Pudo haber aumentado y cerrado el partido Schiavoni en dos oportunidades y desperdició sendos remates. Pero a la suerte hay que ayudarla, a 4 minutos del final llega el balde de agua fría, otro desacierto de la última línea, Ferri que no ve que por atrás se le mete Damiani, centro y Monasterolo pone el empate y El Lobo comenzaba a quedarse solo con la promoción porque Douglas ganaba por dos goles. Llegó el descuento de La Emilia en Pergamino y Sportivo quedaba afuera. Como reafirmando esa exclusión de todo, llegó el segundo para los cordobeses a los 47 por intermedio de López, posterior a la expulsión de Rodríguez en Sportivo.
Lo que vino después; partido suspendido 20 minutos, se reanudo un par de minutos más pero todo se terminó, lo cierto es que nunca en ocho años de intervenir en el ascenso, El Lobo estuvo tan cerca.
La cancha estuvo como nunca se la vio, abarrotada de público local. Miles de personas acompañaron a Sportivo. El estadio lució para una fiesta que por solo cuatro minutos no lo fue. Es difícil de explicar, ¿falto picardía para demorar el juego?, ¿tanto cuesta reventar de “puntín” las pelotas que anda boyando en el área? Y hay muchas preguntas más sin respuestas.
El técnico Diego Torrentes en diálogo con Radio Las Parejas confirmó que después de su participación en la etapa final de la Liga dirigiendo a Sportivo, se va de la Institución. Una pena sin dudas, ha hecho un gran trabajo en esta temporada que por esas cosas que tiene el fútbol no se vio coronada como en realidad merecía.
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